El año pasado, aprovechando una visita de mi hermano a Corea, fui con él DMZ (Zona demilitarizada).
Intentamos contratar el tour combinado de DMZ y Panmunjom, pero al hacerlo con pocos de días de adelanto ya no quedaban plazas, así que optamos por uno con la estación Dorasan, el observatorio Dora y el tercer túnel de infiltración.
Teníamos que estar a las 10:30 de la mañana en el Hotel Lotte para empezar el tour. Y ,nada más llegar, nos montamos en el minibús e iniciamos el viaje.
Río Han
Según fuimos dejando atrás Seúl se hacía más visible la presencia del ejercito; vallas a los márgenes del río Han y torretas de seguridad cada pocos metros.
Entretanto, la guía iba explicando, a grandes rasgos, el conflicto y los avances de los últimos años.
Al poco de llegar a la provincia de Paju, nos paramos en el Parque Imjingak. Mientras tomábamos algo contemplamos el paisaje, un tanto surrealista:
En un lado, decenas de camiones militares y soldados haciendo maniobras…:
En el otro, un parque de atracciones:
Nos pasamos del minibús a un autobús más grande, donde también iba gente que viajaba con otras empresas.
Al llegar al checkpoint un soldado subió al autobús y fue pidiendo, uno a uno, los pasaportes; no dedicó mucho tiempo, parecía un acto bastante rutinario.
Luego nos dirigimos a la estación de tren Dorasan, la estación de tren más al norte de Corea del Sur, y que, en teoría, conecta con Corea del Norte. Sin embargo, solo unos pocos trenes desde Seúl llegan a Dorasan, y su finalidad es solo turística.
Hay muchas referencias a cómo, en el futuro, esta estación unirá las dos Coreas.
Pronto cogeré el tren en Atocha y me bajaré en Seúl.
Puestos de venta de souvenirs, un tablón con los supuestos horarios de llegadas y salidas de los trenes, sellos para estampar en tu pasaporte tu paso por Dorasan… Es una estación no muy grande pero llena de cosas. Supongo que visitar una estación vacía no sería muy interesante.
También pudimos ver dónde George Bush y Kim Dae Jung escribieron sus mensajes deseando que la estación ayude a reunir a las familias coreanas separadas.
Foto: Yonhap News
Después fuimos hacia el observatorio Dora. El autobús subió por una carretera a través de un bosque que, según indican señales, está minado. Y trás unas cuantas pendientes bastante empinadas, llegamos al observatorio.
Observatorio Dora
Cancha de baloncesto en el observatorio.
Entonces, llegó para mí, el momento culmen de la visita: el mirador con vistas a Corea del Norte.
Foto: Wikipedia
Mirar por los prismáticos cuesta 500 won, y, aparte del campo, se puede ver un pequeño pueblo, no sé si habitado, pero en el tiempo que tuve para mirar no vi ningún rastro de vida.
Después nos dirigimos al tercer túnel que Corea del Norte construyó para intentar llegar a través de él a Seúl.
Esquema del túnel.
De los más de 1000 metros excavados se pueden visitar 260.
El techo es muy bajo, por lo que hay que llevar casco e ir mucho tiempo agachado. Además, según se va entrando se empieza a sentir bastante calor y humedad. Así que, aunque está muy interesante, al salir de allí también notas un gran alivio.
A la salida hay un panel donde informan del tipo de tuneladora que se usó para excavar la entrada al túnel original. Si lo vieran los norcoreanos que cavaron más de un kilómetro, solo con pico y pala les daría algo…
En un edifico contiguo vimos un corto sobre la flora y fauna del DMZ y una pequeña exposición sobre los incidentes ocurridos en el DMZ hasta ahora. Antes de subir al autobús también nos llevaron a otra tienda de souvenirs.
Después fuimos a Daesong-Dong, un pequeño pueblo que es el único lugar habitado por civiles en la zona demilitarizada.
Los residentes son veteranos de guerra y sus familiares. Tienen exención de impuestos, pero también inconvenientes como toque de queda las 11 de la noche y tener que pasar el checkpoint cada vez que quieran salir.
La ciudad en sí no la vimos, solo el Seven Eleven, donde además de los productos normales tenían productos de Corea del Norte: soju, ginseng e incluso unas pequeñas ramas de Corea del Norte que no sé muy bien para qué se usan…
Soju "Pyongyang"
Gingseng
Ramas
Tras comprar algo para comer y recuperar fuerzas, emprendimos el viaje de vuelta a Seúl. El autobús nos iba a dejar en Itaewon, pero antes, nos llevaron a traición, a una tienda de piedras preciosas cerca del parlamento coreano.
Un detalle bastante feo por parte de la agencia, pues ni estaba anunciado en el itinerario, ni lo que pagamos fue para que nos llevaran de compras por Seúl.
En resumen, el tour está bien, desde luego es un sitio único en el mundo. Pero choca un poco que te lleven a tienda tras tienda, esperaba algo más de historia y menos compras.
La verdad es que creo que el recorrido por Panmunjom debe ser más interesante, la próxima vez no me lo pierdo.